lunes, 28 de diciembre de 2009

INTENTO A MONDICIERO

Día 27 de diciembre. Dia de tregua interborrascum y sus frentes asociados. La espondilitis torturándome. Me hace mal la cadera, la rodilla derecha, la tercera falange proximal del dedo índice y la articulación de la oreja...pues, aún así, no me quedo en casa, me voy a ver si desalojo de una vez los langostinos de nochebuena del duodeno. El día de antes me devano los sesos a ver donde puedo ir, así de changao y solo. Me decido a intentar la subida a Litro y, si tengo güebos, llegar hasta Mondiciero. Estos montes de flysch, al sur de las sierras interiores, son ideales para días de invierno. Me los he recorrido todos, desde Bacún hasta Toronzué pero me faltan estos dos. Salgo de Biescas a las siete de la mañana, de noches oscuro y con una helada que parece que ha nevao. Llego a Fragen sin tropezarme por la carretera ni un alma. Aparco y cojo un camino que sale pocos metros antes del desvío a este pueblo. Desde la misma carretera nieve recién caida. A nevao más por aquí que en ese valle mío. La subida, por camino perfectamente trazado, se hace dura. Al principio la nieve te llega al tobillo, después a la rodilla y, al fín, hasta el aparato reproductor. Se sube entre campos abandonados primero, luego por un espeso caxicar y, al final, salgo a una zona despejada que en los mapas llaman "plana Litro" Hasta aquí 500 m. de desnivel. Me calzo las raquetas mientras un vendaval levanta la nieve, me la echa directamente en los ojos y baja mi temperatura corporal hasta equipararla a la de Thutmosis IV. Con las raquetas me hundo "solo" hasta la rodilla, me he quedao frío y encima la cadera me duele como si estuviera dilatando pa parir. Hala ¿p'abajo? El Yeti me mira, pasa de mí y se empieza a revolcar en la nieve hasta quedar de aquesta guisa. Vuelvo sobre mis pasos y, bastante abajo, en una revuelta del camino, me doy de morros con ¡una gineta!. (Mamífero vivérrido de nombre científico Genetta genetta, que se alimenta de bichos, bichitos y bichetes, con celo de febrero a marzo, sin apreciable dimorfismo sexual a no ser que se le pida el DNI o pasaporte y catalogado como estrictamente protegido) No sé quien se a asustao más, si ella o yo. El yeti, pasándose por el arco del triunfo el convenio de Verna y demás directivas europeas para la protección de la fauna silvestre, sale zumbando detrás de ella como un poseso. Lo llamo, espero y, al final, continúo bajando. Media hora larga esperando en la carretera a que el puto chucho deje de ladrar por aquellos andurriales y se digne a hacerle caso al tío que le da de comer todos los días. Al final llega. Le doy una charla paternal sobre porqué hay que respetar a los que no son como nosotros, que él, porque ser grande y peludo, no tiene que abusar de los más débiles, que algún día en vez de ser una gineta chiquitina será un oso grandote y aquél día ya verás...etc, etc, etc. Él, asiente compungido y me promete que no volverá a repetir tamaño despropósito. Vuelta por Cotefablo y pa casa. La cadera sigue doliendo y la ciática le hace coros, los langostinos atascaos en el yeyuno. L'agüelo se va a poner la manta eléctrica mienras se toma un caldico.
Por cierto, la foto de cabecera es el monte en cuestión desde Toronzué, hecha el año pasado.
Hala pues...

1 comentario:

POL dijo...

No vales una mierda, mesache. Además ya no tienes edad para salir sin compañía, que cualquier día te pasa algo y tienen que salir los bomberos a buscarte. El próximo día te acompaño y vamos donde tú quieras.
Salú