sábado, 28 de noviembre de 2009

MONCAYO, en otoño.

Recuerdo perfectamente cuando vi el Moncayo por primera vez. Tenía yo 18 añitos y subíamos a Tendeñera por la sur un día de esos de anticiclón de invierno en los que se ve, desde allá arriba, las torres de la Alhambra de Granada. Aquel día se veía de cine y comentamos que habría que ir algún día. Pues ese día llegó ayer, después de 21 años. Aprovechando que teniamos que bajar a Zaragoza por negocios editoriales y a dar de comer a las palomas del Pilar, pensamos en darnos un rulo por allá arriba. Así que el plan era el siguiente: Bajamos al charco, estamos lo mínimo imprescindible y nos vamos hacia Tarazona, subimos a ese monte, (haciéndonos todas las puntas, claro, que subir es hora y media solo y eso pa nosotros naaa) dormimos en la punta (que tiene que verse el fin del mundo desde allí y algún ovni con suerte), al día siguiente nos bajamos, visitamos el monasterio de Veruela y media vuelta. A la hora de comer, el sábado, estamos en casa.
El día sale cojonudo. En Zaragoza despejao y sin gota de aire. Bien, bien. Total que, tras una hora y poco estamos en el párking de haya seca, el último de los que hay subiendo hacia el santuario del Moncayo. Ni un coche en todo el camino y nadie en el párking. Buena temperatura para andar Las 11 y media de la mañana. En 5 min. nos plantamos en el santuario que, desde el siglo XII, ha sufrido multitud de reformas hasta quedar convertido en algo parecido al hotel de la película "El resplandor". Cogemos un camino hacia el sur que enseguida se bifurca. El de la derecha es el de subida directo a la punta y, el de la izquierda que seguimos, nos lleva hasta el collado Bellido dando un hermoso, largo y aburrido rodeo. Una hora y media y llegamos al collado. Los Piris, que hace un rato se veían desde allí, (El macizo de Monte Perdido, el Posets, Bisaurín, Tendeñera...) se acaban de nublar y empiezan a llegar nubes altas. Aún así, se anda bien de manga corta. Dejamos el camino que sigue hacia el sur y empezamos a subir por una larga cresta, muy suave y cubierta de hierba y brezo. Una boira acaba de tapar la punta. Vaaaaa. passa naaa! el frente que entra el domingo que empieza ha hacerse notar. En la primera cota de más de 2000 m. que pasamos, la punta Lobera (2226 m. ), ya no se ve a un metro delante y empieza a soplar un viento que, en la escala de Beaufort, se califica como de fuerza 8 sobre 12. Casi nos damos de morros con el vértice geodésico. Cambiamos el modelito de verano por el de invierno. De allí se baja por una amplia loma (en la que lo único que hacíamos era intentar no perder los hitos) y se vuelve a subir hacia el pico Morca (2283 m.s.n.m en Alicante) -9ºC en el termómetro. ¿Esto está bien???? No pué ser....ah! no! que se ha vuelto tonto, solo hay -5º. Lo cierto es que el sudor, tal como salía de la ropa se nos helaba. A Pol se le empiezan a helar las greñas y llega un momento que es igual que el Yeti, el de verdad, no mi perro. Seguimos subiendo y desde allí y en unos minutos llegamos a la punta. Lo adivinamos porque eso ya no sube más y porque hay un montón de cruces, santos y demás chorradas que acostumbra a colocar la gente en las puntas de los montes porque verse, lo que se dice verse, no se ve una mierda (2316 m.s.n.m.) Hala, a buscar un sitio pa montar la tienda. Tres en punto de la tarde. -4ºC, viento de + - 60 km /h. Windchild de -14ºC. Pa los que no tengáis estudios esto se traduce en mecagüenlaputaquefriiiotengochelaushastalosgüebos. Hay un gran vivac redondo. Aquí vamos a dormir. Al intentar montar la tienda parecemos a los de Locomía con los abanicos. Imposible montarla y, por si fuera poco, el suelo está completamente helado. La ataremos con piedras que están también pegadas al suelo por el hielo. Me quito los guantes ¡pero qué listo eres José Miguel! en dos minutos no noto las manos. Me las meto en la entrepierna pa calentarlas y constato que se me ha caido la chorra. ¡ah, no!, ¡está aquí! pero del tamaño de la de un click de famobil. En la única parte del cerebro en la que no debíamos tener cristalitos de hielo, se nos enciende una bombilla. Si hoy a las tres de la tarde hace este orache y pa mañana dan peor ¿Tú crees que vamos a poder pasar aquí la noche? Nos van a encontrar como a la momia del Similaun. Peor aún porque estaremos abrazaos pa darnos calor y toda una vida intachable (sentimentalmente hablando) la echaremos por la borda. Seremos la comidilla en nuestros respectivos pueblos...Los encontraron besándose y con la mano en el paquete del otro...., dirán por la calle. ¡No, no!, que lo han dicho en Radio Sabi. ¡Estaban congelaos en la postura del perrito!...en fín, que panorama más triste. Hala, nos vamos p'abajo echando ostias . Retrocedemos un poco y, siguiendo los hitos, encontramos el camino de subida por el circo de San Miguel. Una hora escasa y llegamos al Santuario. Ni un alma, oscureciendo, boira, un aire que corta...sí, sí nos va a salir Jack Nicholson con un hacha (o astral pa los fabloparlantes) en cualquier momento. Llegamos al coche en cinco minutos. Hemos arrastrao todo el día tienda, sacos, colchonetas, hornillo pa nada. Sigue sin haber un alma por esos parajes. Aún nos ha dado tiempo ha ver, en penumbra, el monasterio de Veruela. Cisterciense, precioso, enorme...hay que volver otro día a verlo despacio. Las dos fotos últimas son el mismo monte, a las 11 de la mañana y a las cinco de la tarde. En la cabeza me da vueltas una canción de la Ronda de Boltaña:
¿Qué pasa con la trompa, zagal?
pa mi que hay truenos que suenan más.
Como el Moncayo sople ¡verás que es soplar!
Hala pues...

viernes, 20 de noviembre de 2009

FLYSCH

Conocido ampliamente entre geólogos y montañeros, el flysch, o turbiditas es una unidad geológica ampliamente representada en el Pirineo central. Todo el Sobrepuerto, el Sobremonte, la Solana, la Garcipollera, montañas como Güé, Oturia, Erata, Manchoya, Burrambalo, Bacún y un largo etcétera estan formadas a partir de esta subunidad geológica
En esencia es una alternancia de rocas areniscas, margas y arcillas formando estratos más o menos gruesos y plegados. El origen hay que buscarlo en ese primitivo mar que cubría el Piri allá por el Eoceno hace aproximadamente 42-45 millones de años. El nombre de turbiditas les viene dado porque los sedimentos que arrastraban aquellos primitivos ríos se depositaban en las plataformas marinas (cerca de las costas) y luego, corrientes marinas o movimientos sísmicos los desplazaban hacia las llanuras abisales. Primero se sedimentaba el grano grueso (areniscas) y después el grano fino (margas y arcillas). ¡4000 m. de espesor de sedimentos! Esa es la potencia del flysch. Por cierto, el nombre procede del aleman y significa "terreno que se resbala".

Si nos fijamos, veremos que en algunas de las rocas que se desprenden de esta formación hay "fósiles". Lo he puesto entre comillas porque, en realidad, no lo son. Son huellas que dejaron determinados invertebrados cuando, en épocas de calma, se desplazaban por el fondo marino buscando alimento. Son las conocidas como pistas fósiles o icnofósiles. Normalmente se acepta que, sin son rectas, son de desplazamiento mientras que si son curvas son de alimentación. Otra formación curiosa son los ripless, huellas de oleaje fosilizadas.

Rocas relativamente blandas, en ellas se han formado magníficos barrancos que, desde hace algunos años, nos ha dado por descender a los humanos. Entre ellos, el de Sorrosal, el Furco de Broto, el barranco d'os Mallos en Yesero, el d'os Lucars y sus magníficos plegamientos....lugares magníficos, donde la inversión térmica, la humedad y el sustrato propician la formación de microclimas con una flora de riqueza extraordinaria. ¡Y que haya gente que pasa los findes dentro del Carrefú y en el Corte inglés en vez de andar por el monte!¡No sabéis lo que os perdéis!
Hala pues....

domingo, 15 de noviembre de 2009

OTURIA, Primavera, verano, otoño e invierno en un mismo día.

La verdad que hacía un día que no apetecía nada. A las siete y media de la mañana en Biescas llovía. Mirada al móvil. No ha llamado nadie...pues nada, será que quieren subir. Había quedado con Ana y Javier en subir por Javierre, comernos unas chullas en la mallata y volver a bajar. Así que pa Javierre que me voy. Ni un alma en el pueblo. Bueno, si los perros tienen alma entonces sí...toda la población perruna del pueblo (unos diez) salen a recibirme. Yeti, mi perro, enseguida congenia con alguno. Con otros...no. Así que a las ocho de la mañana se monta un follón perruno en ese pueblo que habremos despertado a todos los vecinos.
Javier y Ana llegan al poco. Sigue lloviendo. Que, ¿p'arriba? Pues claro, yo ahora ya no me vuelvo pa casa... El camino de Javierre, para mí, es de los peores que hay para subir a Sta. Orosia. Y me los he subido todos cientos (sí, sí, cientos) de veces. Es largo y aburrido pero te deja a los pies de Oturia y muy cerca del refugio donde vamos a almorzar. Primero margas (o salagón para los fabloparlantes), luego areniscas y por último los conglomerados. Aquí empieza a haber nieve. Dos horas largas para llegar al puerto. Pasamos la fuente coronas y llegamos a la mallata Javierre. ¡Me cagüen las cerrajas y en San Pedro, patrono de los cerrajeros! ¡Pero pa qué coño cierran estos refugios!????. El año pasado subimos con Pol en medio de una intensa nevada, estaba abierto, claro, como había estado toda la vida. Nos hicimos allí unas chullas a la brasa, nos metimos buenos lamparazos de vino y luego menuda pereza para bajar. Pues hoy no. A algún luces se le ha ocurrido que los refugios tienen que estar cerrados. Pues yo no me quedo sin almorzar. Vamos al refugio de la ermita. Dos palmos de nieve chompiza. A todo esto, había dejado de llover pero el cielo estaba negro como mi alma. Llegamos al refugio y vemos que, además de abierto, algún alma caritativa ha hecho fuego así que... ahora sí. A almorzar, a cambiarnos de calcetines y a secarnos que vamos chupidos de agua y sudor. Una hora de almuerzo. Chullas, chorizo, trenza de Almudévar, turrón del año pasao, vino abundante y café en termo. Oye, no va ser siempre sufrir. Salimos fuera. Se quiere despejar y hace calor. Hala, pa Oturia. El camino, trillado por cientos de vacas, estaba completamente embardau. No era barro, era bardo que se te pegaba a las suelas formando zuecos que me han hecho llegar (a mí que soy chiquitín) a los 2 m. de altura. Pasamos por la mallata de San Cocobá (abierta, como debe ser) y seguimos para arriba. Cogemos la cresta porque la cara norte, por donde va la senda, está llena de nieve. Un empentón más y arriba. 1930 m, sobre el nivel del mar en Alicante. Corre un aire que corta el cutis y un frío que pela. Toda la ropa encima. Cuatro fotos, un trago de vino y para abajo. Bajamos de frente a coger el camino de Javierre que ahora está completamente embardau y a trozos baja agua como si estuvieras haciendo barrankling.
Más abajo vemos un rastro de sangre fresca muy visible. ¡A copón! ¡A que hay por aquí un jabalí herido y lo tenemos que torear....! Yeti, ¡Ataca!. El perro, con más conocimiento que yo, se me queda mirando y pasa de mi. Me lo demuestra meando en una allaga. Al final, llegamos otra vez a Javierre sin ser atacados por ninguna bestia sanguinaria y salvaje.
Para haber salido solo a estirar las piernas ha estado bien ¿no?. 1000 m. de desnivel, calor, frío, lluvia, nieve, chullas, vino... vamos a echarnos un café caliente.
Hala pues....

viernes, 6 de noviembre de 2009

ERMITA DE SAN BENITO , EN ERATA y 2.

Efectivamente, como bien apunta Elales en la anterior entrada, la religiosidad popular se apropia de los espacios sagrados, los hace suyos y mezcla, magistralmente, lo transcendente y lo profano. La ermita de Erata en cuestión no iba a ser menos y, una vez cumplida y perdida en la memoria la misión primigenia por la que se construyó, pasa a ser un lugar de referencia para los pueblos cercanos. Desde allí, aparentemente llegaban las tronadas a Otal. En un mundo donde no existían seguros agrarios y una granizada te aseguraba hambre para todo el año, las únicas formas de luchar contra los elementos eran la religión y la magia (las dos cosas, en esencia, son lo mismo). Los de Otal subían el 11 de julio en romería desde el pueblo (casi 1000 m. de desnivel) y depositaban pequeñas botellas con agua bendecida en su interior con la intención que los protegieran. Allí cuentan, aunque también lo cuentan de otros lugares, que llegó una mujer ya entrada en años y, viendo el panorama que se divisaba y siendo como era la primera vez que salía del entorno inmediato del pueblo exclamó ¡Haivá! ¡¡¡¡Pues si hay más mundo!!!!.
Cuando empezamos a restaurarla, tuvimos ocasión de hablar con algunas personas que, de una u otra manera, habían estado vinculados con ese espacio. Nos contaron historias de tronadas capeadas, como podían, dentro de la ermita, y una que a mí, personalmente, me impresionó. Durante la guerra civil la posición fue ocupada por un grupo de soldados (igual da el bando, todos hicieron atrocidades sin cuento) y un par de ellos bajaron a Otal. A punta de fusil hicieron entrar dos mulas dentro de la iglesia y con una soga tirar el retablo de la iglesia. Después hicieron subir a las mulas cargadas con el retablo hasta la ermita. Una la mataron, ante la desesperación de su dueño, la despellejaron y la asaron con las tablas del retablo. A la hora de hincarle el diente no pudieron hacerlo ya que, las pinturas de las tablas, habían pasado a la carne haciéndola incomestible.
En esencia, un lugar que nos habla de cultos paganos, cristianos, de historias casi olvidadas y otras para olvidar. Por eso tallé una imagen en la que se ve un monje que trata de ser San Benito de Nursia, flanqueado por el sol y la luna. Paganismo y cristianismo unidos. Aunque, sin perder de vista para qué fue construida, y por respeto a la gente que allí depositó rezos y esperanzas, también Mosen Ricardo subió hasta allí y la volvió a bendecir como debió hacer algún monje benedictino allá por el siglo X.
Hala pues...

jueves, 5 de noviembre de 2009

ERMITA DE SAN BENITO, EN ERATA

El rey Sancho Garcés estaba muy preocupado. Los monasterios que había en su reino no estaban sometidos a ninguna regla y, en algunos, la vida de sus religiosos distaba mucho de ser un ejemplo de virtud y castidad. Aconsejado por el abad Oliba de Vic, emprende una profunda reforma monástica que habría de traer a los monjes benedictinos a estas tierras. Corría el año 1028. Fruto de esa reforma fue también la intención de erradicar, de una vez por todas, las bolsas de paganismo que subsistían en estas montañas. No debió ser fácil, ni demasiado efectivo a la vista de numerosas prácticas que han llegado hasta nosotros hasta bien entrado el siglo XX. Los cultos telúricos y solares debían estar fuertemente arraigados en la mentalidad de los hombres pirenaicos. Encomienda esta labor a los monjes benedictinos y, aunque no sabemos la forma exacta de actuación, parece claro que optaron, como siempre ha hecho la iglesia católica, por la abolición de los antiguos cultos mediante procesos sincréticos que afectarían a varias generaciones.

En las montañas de los actuales Alto Gállego y Jacetania existen cinco encomiendas benedictinas o ermitas dedicadas a San Benito, a saber; 1.-San Salvador de Leyre (monasterio benedictino), 2.-San Juan de la Peña (monasterio benedictino), 3.-Santa María de Ballarán (antiguo monasterio benedictino, hoy ermita en ruinas en término de Yebra) 4.-San Benito de Orante (ermita reconstruida al lado del pueblo) y 5.-San Benito de Erata a 2000 m. de altitud y a cinco minutos a pie de la cima del monte Erata, de la que nos ocupamos. Si un observador sitúa los cinco templos sobre un mapa, verá que forman una X en cuyo centro está la ermita de Orante. Si ese observador se sitúa, el día del solsticio de invierno en dicha ermita, verá que el sol sale por donde está situada la ermita de Ballarán y se pone por San Juan de la Peña. Si nos situamos en Orante el día del solsticio de verano, veremos como el sol sale por San Benito de Erata y se pone por San Salvador de Leyre. Parece claro que, el lugar donde está la ermita de Orante, fue un observatorio solar y todos los puntos de esa X, fueron lugares de culto pagano anteriores al cristianismo. Los monjes benedictinos, únicamente, cristianizaron lugares que ya eran sagrados desde muchos siglos antes.

San Benito de Erata, situada en la misma divisoria de aguas y a 2000 m. de altitud, debe ser una de las ermitas más altas de Aragón y, probablemente, de la península. Eran unas ruinas informes hasta hace un par de años. Desde la asociación Erata de Biescas, sabiendo que esas humildes piedras eran mucho más de lo que aparentaban, se inició una campaña de restauración que, durante cuatro fines de semana y con la colaboración de numerosas personas, volvió a reconstruir el edificio. No tiene ningún valor arquitectónico (de hecho, no podemos asegurar que la ermita original fuera así) pero el valor antropológico e histórico es incuestionable. En la actualidad, el pequeño edificio sirve también como refugio para las personas que suben a Erata. Prueba de ello son los numerosos testimonios escritos que la gente deja en un cuaderno que hay dentro. Todos los años se coloca, también, un discreto belén montañero (sin luces estrafalarias que se ven desde muchas millas a la redonda, como ocurre en otras montañas cercanas) y, desde luego, el paisaje es de una belleza extraordinaria. El hombre, la naturaleza y la historia dándose la mano, como en tantos otros sitios de estas montañas. Un lugar para visitar.
Hala pues...

lunes, 2 de noviembre de 2009

CUEVAS DE LA REINA Y CANAL DEL PALOMO EN VADIELLO

Aquí vamos de extremo a extremo. Que razón tienen los abuelos cuando dicen que solo hay tres estaciones. El verano, el invierno y la del tren en Sabiñánigo. Ayer hacía un día cojonudo y hoy a salido un día de perros. Pero teníamos fiestuki y yo no tenía ni guardias, ni ferias ni cursillos ni leches. Hala...pal monte. Obviamente, viendo la previsión, para arriba nada así que...siempre nos quedará Guara.
Boiras y nieve en le Piri. Se veía desde Monrrepós. De la punta para abajo, día completamente despejado pero con una ventolera que meneaba la kangoo en los estrechos de Arguis. Llegamos a Vadiello. Las ocho y media de la mañana, ni un alma. Una airera, traida directamente de Siberia, barría los mallos de Liguerri. Marejada a fuerte marejada, con ratos de mar arbolada, en el embalse. Había unas olas como las que hundieron el Poseidón. Nos cambiamos y nos metemos en el agua. Joder, si me obligaran ha hacer esto para ganarme el pan, los denunciaría a la comisión de derechos humanos de la ONU, pero ya se sabe que sarna con gusto.... Nos cuesta cruzar el embalse una media hora luchando contra el viento que nos echa el agua a la cara. Al otro lado, en el mallo de San Cosme, pega el aire que nos obliga a hablar gritando y, a veces, casi te tira al suelo. Subimos a un colladito, buscamos el mejor sitio para seguir subiendo sorteando panzas de conglomerado (había algún hito) y en menos de una hora estamos en el barranco. Baja un hilito de agua. Empieza suave. Rápeles cortos, poco encajado pero enseguida se verticaliza y encaja. Al final, la cosa se anima. Los rápeles son largos, limpios y en un entorno espectacular. El último te deja a las puertas de las cuevas de la reina. Se trata de antiguos eremitorios, probablemente ocupados desde el siglo VIII, donde la leyenda cuenta que vivía recluída una hermosa princesa. Hoy, los únicos recluídos por un ratito, hemos sido nosotros que, aunque también hermosos (no hay más que ver la foto), tenemos de príncipes lo mismo que de analistas financieros. Mucho rato para recuperar las cuerdas y mucho rato para volver nadando. El viento se ha calmado un poco, estado del embalse: marejadilla. Da un poco de mal rollo nadar en estas aguas. Anda que si llega un siluro o algún monstruo de las profundidades y se nos come algo...claro que también puede salir la hermosa princesa e invitarnos a quedarnos en su palacio submarino rodeados de bellas y cimbreantes huríes bailoteando alrededor mientras escancian olorosos vinos en una copa de oro y diam....José Miguel, cooooo!!!! que ya hemos llegado a la otra orilla. Joder, iba de espaldas y ni me enterao... no sé en qué pensaba.
Salimos, nos cambiamos echando ostias y nos bajamos a comer a la chopera. Esta es la segunda vez, y probablemente la última, que bajo este barranco. No ha estado mal, pero no creo que vuelva.
Después de comer, con los mallos de Liguerri protegiéndonos del viento, nos vamos a la canal del Palomo. Le advierto a Pol. La subí hace 20 años. Igual no tengo güebos ha terminarla. Entonces faltaban clavijas en algunos sitios y sudamos de cojón para subirla. Coge una cuerda porsiaca hay que rapelar. Llegamos a la base y ¡Oh sorpresa! ¡La han equipado como una ferrata! ¡Si tiene cable de vida y todo! ¡Esto es otra cosa! ¡Y le han repuesto las clavijas que faltaban! Pues vaya...yo que pensaba acojonarte aquí.... La cosa es que la canal (que en verdad es un barranco) está cosida entre clavos, clavitos, sirgas y grapas. Decidimos subirla sin agarrar las clavijas nuevas, usando solo las viejas. Al principio lo logramos pero, en algún paso, después de estirarnos todo lo que mi espondilitis me permite, tenemos que agarrarnos a las brillantes. Me fijo en los famosos tritones que viven en las pozas y por los que está prohibido meterse dentro. (y porque el agua está mojada y moja las botas y calcetines y luego es un coñazo andar con el calcero mojao). Hay dos o tres en cada poza. Parece un bloque de pisos, cada uno con su inquilino. Me imagino las conversaciones en la escalera. La tritona de la segunda poza se junta con la de la 4ª B y le dice ¿Sabes que el del quinto se ha liado con la lagarta esa que vive bajo aquella sabina? ¿Qué me dices? ¡Lo que oyes, anfibia! Y además, han denunciao al de la 6ª A porque le baja humedad de arriba.....Ahuu! que ostia me he dao por estar pensando en las avutardas (bueno, en las tritonas). Al final, la canal se acaba y llegamos al pie de un circo ciego por donde, hoy, también se descuelga un hilo de agua. ¿Pero como tuvimos güebos a subir esto hace 20 años sin sirgas y faltando la mitad de las clavijas? Pues eso...porque tenías 20 años y eras un descerebrao, capullin (reflexión en voz alta). La vuelta, equipada con metros y metros de sirga, bordea unas cornisas hacia el este hasta coger una senda que nos vuelve a dejar en el coche. Hay un par de pasos de clavijas antiguas entretenidos pero protegidos por sirga.
Un poco de historia de este barranco lo podemos ver aquí: http://personal.telefonica.terra.es/web/p-guara/canal_palomo02.htm Eran otros tiempos. los escaladores iban con abarcas y todavía no se habían afeminado con tanto goretex, neopreno, simpatex, windstoper y chorradas que nos compramos ahora. En fin, no somos nada...
Desde las ocho y media son las dos y media, con media hora para comer... cinco horas y media sin parar. Oye, que día más majo. He hecho cosas que, cuando las hice la primera vez, todavía no tenía pelo en las orejas. Vamos a echar una galimba pa celebrarlo.
Hala pues...