jueves, 16 de septiembre de 2010

FORATATA, 2341 m.

LA LEYENDA DE FORMIGAL (Versión reducida):
Pues esto era dos dioses de estas montañas, Anayet y Arafita, que tenían una hija que estaba muy buena a la que llamaron Culibilla. Tan buena estaba que, un buen día, llegó el dios macarra (que en todos los panteones hay un macarrilla...) llamado Balaitús que se la quería trajinar. La churri en cuestión pasaba de él y se pegaba el día pastoreando corderitos y viendo como trabajaban afanosamente las hormigas que había por allí. Lo que al principio eran insinuaciones al final se convirtió en acoso y la tía que no quería saber nada. Un día que estaba la chica en el monte se le presentó Balaitús con un brillo extraño en la mirada y un bulto sospechoso en los pantalones. Cuando Culibilla lo vió venir, temiéndose lo peor, llamó a las hormigas que, por millares, la cubrieron. Balaitús, al ver la escena, huyó despavorido a buscar otras montañas a las que les molara más despeñar montañeros y crear tormentas (Que es lo que hace cualquier montaña que se precie) y menos la entomología. Culibillas, agradecida a estos insectos, se clavó un cuchillo en el corazón y en el agujero guardó todas las hormigas en agradecimiento por su labor. (tampoco entiendo el porqué, al fín y al cabo, ya la había dejao en paz el lascivo de Balaitús), el caso es que, los cielos se abrieron, hubo un gran terremoto, y donde antes estaba Culibillas surgió una gran montaña que, desde entonces se llama Foratata (Forato, en aragonés es agujero) porque ese agujero o forato que lleva al mismo corazón de Culibillas, es donde están todas las hormigas de Formigal (Del aragonés forniga=hormiga). Lo que no sabía Culibillas es que, siglos después, llegaría una empresa que se dedicaría a arrasar todo el territorio donde ella vivía llevándose por delante hormigueros, dólmenes, crómlechs y todo lo que pillaban a su paso, pero eso ya es otra historia...
Toda esta chorrada viene a cuento porque ayer pudimos comprobar que, efectivamente, todas las hormigas del mundo mundial estaban en Foratata.
Salida relámpago por la tarde con Oscar y el Subjefe. Aparcamos en el párking del hotel Meliá e iniciamos una media ladera, entre peñas, cardos y rampas cojonudas, hasta llegar a la base de una chimenea, situada al este, que parte la peña de arriba a abajo. Se sube bien apoyando las manos pero sin sacar la cuerda. Llegamos a una especie de colladito, en el que se ve la Sarra al otro lado, y a la izquierda se inicia una faja preciosa que recorre toda la pared de la montaña hacia el oeste. No tiene ningún problema, hay trazas de senda, pero el despeñadero es acojonante. Por esta faja se llega al collado entre la cima occidental (2295 m) y la oriental (2341 m.) que es a la que subiremos. Del collado hay que descender un poco para rodear una aguja y subir por una pedrera que nos lleva a otro collado al pie de una chimeneas equipadas con cordinos. Nos colocamos la ferralla y aseguramos el primer paso hasta una reunión montada en un pino. Otra chimenea, más fácil pero muy expuesta, sale a la izquierda y nos deja en la cresta cimera. 10 min de piedra suelta y grava te llevan a la cumbre totalmente tomada por una nube de hormigas voladoras. Millones de bichos de estos que se te meten en la boca, en el objetivo de la cámara y te cubren como hicieran con Culibillas. Ni un minuto aguantamos allí. Bajamos un poco por la cresta y paramos a echar un bocao y un trago. Vistas cojonudas en 360º. Arriel, Palas, Balaitús, Infiernos, Tendeñera, Telera, Escarra, Pala de Ip, Bisaurín, Mesa d'os tres reyes... La bajada hay que hacerla con cuidado hasta las reuniones porque la grava resbala y una caída nos llevaría directamente a la Sarra 1000 m. más abajo. Las chimeneas las rapelamos y cogemos la senda que, por detrás de la cumbre occidental, te lleva al collado entre Foratata y Peña ra Fita. (La mami de Culibillas, en la actualidad, divorciada de Anayet ya que está bastante distanciados) Paisaje kárstico de libro. Apenas una docena de pinos negros sobreviven en esta zona que recuerda a un paisaje lunar. Del collado, una senda muy marcada, nos lleva, en poco más de media hora, otra vez al aparcamiento. Yo que pensaba que se nos iba ha hacer de noche...y aún nos da tiempo a parar en Biescas y apretarnos tres Paulaners (una cada uno, no tres cada uno).
Esta ascensión es, para mí, de las más bonitas que se pueden hacer en el Valle de Tena. Una mierdeta de monte, de apenas 2300 m, pero con una personalidad innegable. Muchas veces, no hace falta irse lejos ni subir muy alto para ver paisajes soberbios o hacer rutas interesantes. 750 m. de desnivel, todo el recorrido en 4 horas, ha estado bien la tarde.
Hala pues...

2 comentarios:

precio parking aeropuerto barcelona dijo...

Interesante! Saludos

POL dijo...

Un poco nenazas (y con perdón para las mujeres), eso de subir asegurados y toda la pesca, enfín, y aún habeís tenido suerte de no perderos ..., claro que perderse ahí es bastante complicado.
Salú