lunes, 20 de septiembre de 2010

PALA DE IP, PUNTAS D'A TRONQUERA Y MOLETA

Llevo muchos años yendo al monte, subiendo peñascos y bajando barrancos. He recorrido, creo, el Pirineo de cabo a rabo y, sin embargo, todavía hay sitios que son capaces de sorprenderme. Ayer fue uno de esos días. No exagero cuando digo que la ruta de ayer es una de las más bonitas que he hecho. (Ha habido más, claro, la travesía del circo de Gabarnie, la corona del Vignemale, el Olhadubie...) Quizá la proximidad de la pitopausia haga que esté especialmente sensible pero ayer llegué a casa con la sensación de haber hecho algo grandioso, sin ninguna dificultad si exceptuamos los 2000 m. de desnivel y las 10 horas de marcha.
El caso es que aparcamos en la pista de Col de ladrones, en Canfranc estación y cogemos el GR-11 que se mete en la Bal d'Izas. Se anda prácticamente llanos durante una hora hasta alcanzar el desvío a la derecha que nos lleva al refugio de la Vuelta de Iserías (Refugio, por llamarlo de alguna manera. Es un casetón sucio y con el tejado lleno de agujeros). Aquí se empieza a ganar metros a piñón. Almorzamos al sol al lado de la caseta y emprendemos una subida, corta pero intensa, hasta el ibón de Samán o de Iserías. Sin llegar a sus orillas, hay que seguir subiendo a la izquierda para superar un resalte que nos deja en un valle colgado al norte de los picos d'a Tronquera y de la mítica cara norte de la Pala de Ip. Se hace un flanqueo por la base de las murallas hasta encontrar un corredor, pito de cojones y con toda la piedra suelta, que nos sube a la cresta entre la Pala y la Tronquera. Al llegar allí, tenemos una vista preciosa del valle de Ip, de la norte de Collarada y de todo el Pirineo central. Parece que ya estamos pero no. Nos queda una subida guapa por la cara sur hasta coronar la punta occidental de la Pala. (2778 m.) Es un pico formado por dos puntas separadas por una cresta llana que, sin ser difícil, es espectacular. Casi 1000 m. de caída a ambos lados hasta coronar, tras una pequeña trepada, la punta oriental (2783 m.). Largo rato en la cima contemplando el paisaje. Ni gota de viento y una temperatura perfecta. Se ve, desde la Posets y el Perdido hasta el Anie. Volvemos sobre nuestros pasos hasta bajar nuevamente al collado. De allí iniciamos la subida a la cresta de los Picos d'a Tronquera. Cresta fácil pero muy larga. Al primero se llega enseguida. De éste al segundo, tenemos a la vista toda una lección de geología. Estratos plegados de formas caprichosas, valles glaciares, cordones morrénicos, areniscas volcánicas...De aquí se alcanza la Moleta (2576 m.) en muy poco tiempo. Comemos en la punta, disfrutando de vistas soberbias sobre el valle del Aragón y sobre la cresta que acabamos de recorrer.
Aún quedaban más sorpresas. La bajada la hacemos hasta el collado norte y, de allí, nos metemos sin sendero en el circo de Epifanio, en la vertical de la estación del tren que vemos 1300 más abajo. Para proteger la estación, en la década de 1940 se construyeron decenas de diques de piedra. Vaya currada...sin sindicatos, sin prevención de riesgos laborales, sin días de asuntos propios....pa flipar. Junto a ellos crecen multitud de árboles plantados para contener la ladera. Muchos no son árboles autóctonos. Vemos alerces, píceas, pícea pungens,mezclados con pinos negros y algunos abetos. Aquí cogemos un camino, marcado como PR, que tras cientos de revueltas nos lleva por la arruinada Caseta del Vasco (Era el supermercado, restaurante y bar de la pobre gente que curró aquí). Seguimos bajando. El camino, de pendiente muy suave, baja metros a base de cientos de lazadas y todo él está flanqueado por muros de piedra y gigantescos abetos. Pol va delante, en medio los dos perros (hasta los huevos de nosotros ya) y yo el último. En una revuelta pasan los tres, sin enterarse, por encima de una vívora que estaba cruzada en el camino. A punto ha estado de producirse una tragedia. Si te llega a picar yo llamo al gran pájaro de hierro, te hago un torniquete y ayudo al rescate pero vamos, chuparte no te chupo nada, eso tenlo claro. La puteamos un rato, para ponerla bien para hacerle fotos, pero el bicho no tiene ningún sentido del humor. Sopla, hace amagos de picar y se nos escabulle a un agujero sin poderle hacer una foto decente. Un rato más de bajada hasta llegar a la pista de Picaubé. Le cogemos hacia abajo hasta que nos damos cuenta que la tendríamos que haber cogido hacia arriba. Mecagonlaputa... vuelta otra vez hacia arriba. En la pradera donde termina hay un cartel que pone "Col de Ladrones" "sendero difícil". Hala, ya puestos....El sendero en cuestión no es difícil. Es una auténtica putada. Baja casi vertical. Está equipado con cadenas pero la tierra resbala que da gusto. Me pego dos culetazos hasta llegar a la pista que sube al fuerte. De allí, en pocos minutos, al coche. Cerveza en Canfranc y pa casa. Hostia que día más majo.
Hala pues...

2 comentarios:

A.J dijo...

¿Pero te crees que hasta hace poco y aún en la actualidad aún no se hacen en España trabajos igual de duros que poner esos bloques de piedra?Y bastante más te loa seguro.

Sindicato si habia, más eficaz que los actuales a la hora de la verdad,que tambien son verticales.
Vacaciones tambien habia y cobertura sanitaria gratuita, para trabajadores por cuenta ajena(los que trabajaban para ellos mismos, lo que hoy se llama autónomos o empresarios se la tenian que pagar)
Asuntos propios como tal desconozco si habia, pero lo que si se es que hoy en dia más te vale no abusar de ellos(a no ser que seas funcionario)


Muy bonito tu blog, pero no puedo con los comentarios basados en la falsedad histórica, sea por ignorancia o demagogía.

J. M. N. dijo...

Hola A.J.
En mi caso, como tú dices, es ignorancia. Ciertamente no me molesté en contrastar lo que escribía. Únicamente lo puse (ya ves que esto no es un blog de carácter sindical, laboral o que prtetenda reivindicar nada) como humilde homenaje a esas gentes que curraron a 2600 m. de altitud con las únicas herramientas de sus manos, picos, azadas y mulas. De todas formas, en el valle en el que vivo también se hicieron muchas obras de este tipo (correcciones hidrológico-forestales principalmente) y he hablando con algunos de los que curraron allí (entre ellos mi abuelo, fallecido hace un tiempo) y algunos que todavía viven. Te aseguro que las condiciones de trabajo eran durísimas, pero es lo que había, nada más. Te recomiendo que veas el documental Piedras y Penas y otro titulado Pinos y Penas de Carlos Tarazona. Allí salen muchos de los protagonistas.
Gracias por tu aportación.
Saludos