viernes, 28 de junio de 2013

UNA VUELTA POR EL PUERTO DE PIEDRAFITA


Pues hacía muchos años. Tantos que lo tenía fotografiado en obsoleta diapositiva. Además, me he estado informando de sendas en ambas vertientes de las sierras interiores y me apetece (no me preguntéis porqué, porque no lo sé) encontrar un paso que una el puerto de Piedrafita con el de Biescas. A ver que me da tiempo a hacer...
A las cuatro estoy aparcando en Lacuniacha. Cojo la pista que bordea las naves por arriba y que llanea durante más de dos kilómetros. Al final termina en unos prados, gira bruscamente a la derecha y empieza a subir con ganas por medio de un hayedo bien majo. Con la tontería me he colocado debajo justo de las últimas puntas de la Sierra de Partacua. Veo, muy cerca, la Ereta Sta. Elena, la Forqueta os palomos, Punta Cochaldo y varias canales que bajan justo hasta la pista, ahora ya, convertida en senda. Al final, la senda sale a unas campas cuajadas de orquídeas donde desaparece. Hay hitos, no muchos pero suficientes. De todas formas intento ir lo más alto posible en vez de bajar a unos prados que tengo a mi derecha y que invitan a circular por ellos. Pese a que voy rápido, no me resisto a fotografiar la Nigritella, la Coeloglossum  y algunas Ustulatas de tamaño casi arborescente.
Llegando cerca del arco, hay una canal que baja desde arriba y que, vista desde abajo, no tiene mala pinta. Me pongo a subir. Sorprendentemente, no solo no me duele nada si no que subo que parezco que voy dopao. ¿Será el plato judías que me he apretao antes de salir? El caso es que, en apenas 45 min desde abajo, llego a la divisoria de aguas entre el barranco del Puerto de Biescas y el de Piedrafita. Pa mi que esto es lo que, en algún lado he leído, que se llama la Canal del Burro. El otro lado se ve bien. Empinado pero bien. Creo que se podría ir a buscar desde aquí la conocida como senda d'a ralla vieja y, por la caseta de Elías, a buscar la senda del Forato. Por hoy ya vale. Bajo zumbando para abajo pues arriba corre un aire y un frío que pela y yo, que soy muy listo, voy en pantalón corto y no me he traído ni un triste cortavientos. Una vez abajo subo a fotografiar el llamado arco geotectónico, magnífico ejemplo de erosión kárstica que merecería más atención...desde mi humilde punto de vista. Bueno, el caso es que tengo apenas unos minutos de sol para sacarle toda la belleza al paraje en cuestión.
Como todavía hay mucha tarde, (la verdad que da gusto el veraniki y sus tardes largas) voy a coger la senda que viene desde el ibón y así hago una circular bien maja. Cuando bajo hacia Plana terrosa, el Yeti, que lleva toda la tarde encorriendo marmotas, sale disparado hacia dos personas que se ven a lo lejos. Conforme me acerco, veo que son dos chicas. No deja de llamarme la atención. Jueves por la tarde, ni Dios en todo el recorrido y, de repente me encuentro dos mozas bien guapas y bien simpaticonas que me preguntan "por el arco ese que hay por aquí". Pues ya me gustaría acompañaros ya, pero mirar la hora que es y el sol empieza a bajar peligrosamente en el horizonte. Además, en el momento que se ha puesto el sol, se han descolgado las boiras francesas por los collados, ha arreciado el viento y la tarde wonderful que estábamos disfrutando, se está convirtiendo en otra bastante más desapacible. Os aconsejo, les digo, que bajéis al coche y que lo intentéis otro día. Dicho y hecho, emprendemos la marcha pasando al lado del ibón de Piedrafita y ya por senda transitada, trillada y conocida al coche.
La tarde se acaba, pa variar, con una, no con dos, no con tres, cervezas de forma y manera que, cuando salimos del bar, es ya de noche.
Buena caminata, buena tarde, buenas sensaciones físicas después de esta mierda primavera que me estaba oxidando las articulaciones, muy buena compañía...así da gusto. Ahora solo falta que pierda España en el fútbol (que no lo voy a ver, dicho sea de paso) para que vengan de una puta vez y nos ahorremos viajes, estancias y demás mamonadas de los Héroes de la Roja, los técnicos, los entrenadores, los utilleros, los masajistas, los médicos, los fisioterapeutas, las novias, las amantes, los hijos/as de las propias y de sus amiguitas,  los camareros, los periodistas que los acompañan, los que remiendan los balones y los que les lavan los calzoncillos.
Hala pues...

lunes, 17 de junio de 2013

IV JORNADAS DE ORQUIDEOLOGÍA Y FLORA PIRENAICA. BIESCAS 14-15 Y 16 DE JUNIO DE 2013

 
Está mal que yo lo diga, pero cada año nos sale mejor el encuentro de orquideología.
Llevaba toda la semana previa acongojado ya que era un querer y no poder de florecitas que nacen pero que no terminan de abrirse.
Mis ruegos al sumo hacedor debieron tener repercusión en las altas esferas celestiales porque, a partir del jueves, como si fuera una explosión, se abrieron todas en apenas dos días.
Así que las ciento cien personas que respondieron a nuestro llamamiento, llegadas de sitios tan dispares como Zarautz, Alicante, Valencia, Italia o Villacloro tuvieron ocasión de disfrutar, babear e incluso yo creo que alguno/a llegar al orgasmo con las casi 30 (28, pa ser exactos) especies diferentes de orquídeas que nos salieron al paso.
Además, gracias a esta primavera que hemos sufrido, tuvimos ocasión de disfrutar de florecillas que deberían estar ya pasadas hace más de dos meses  (Soldanellas, prímulas, corydalis...) junto con especies plenamente estivales.
 


El puntazo de la camiseta orquideo-heavy y la comida de hermandad en un restaurante pusieron la guinda de calidad en este encuentro.
Aquí va alguna foto para que, los que no hayáis podido o no hayáis querido venir, os rechinen los dientes y os lo penséis mejor el año que viene. 


 
 
 
 
 
Hala pues...
 

jueves, 13 de junio de 2013

CIRCULAR RAPÚN-IBORT-ABENA-RAPÚN

Vuelta que me di el domingo. Después de sufrir el diluvio todo el sábado y toda la mañana del domingo parece que, a mediodía, se abre un poco. Estoy como un león enjaulado. De mala hostia y dando vueltas por casa...ya lo siento cariño. Bueno, la cosa es que, aunque sigue lloviendo, me meto en el radar y parece que viene despejado y que, por fin, ha pasado el puto frente que nos ha amenizado el finde ¡con la de planes que habíamos hecho ¡coño!.
Hacia el sur, sin duda.
Llego a Rapún donde luce, por fin, el sol. Rapún es uno de esos lugares que han estado siempre vinculados a mi vida y a la de muchos críos de Villacloro.  Cuando nos dio la vena pajariquera, aquello era el paraíso en forma de cernícalos, halcones, nidos de alimoche...Cuando escalábamos, allí estaban las rallas para pasar tardes cojonudas entre risas y cigarros. Allí está la "balconeta" donde generaciones de críos aprendimos a rapelar con arneses improvisados hechos con cinturones de coche robados en el desguace. Cuando nos dio por el románico allí estaba la iglesia de San Félix, románica, chiquitina, con su suelo empedrado, sus egagrópilas de cárabo en la torre y los huesos de muertos medievales que asomaban por todas partes y que nos llevábamos a casa. Y cuando nos dio por las flores, allí vimos nuestras primeras ophrys y nuestras primeras limodorum. El caso es que es un lugar al que le tengo especial cariño y en el que tengo muy gratos recuerdos...sí, de eso que estáis pensando también, pero eso no os lo voy a contar.
Aparco antes de llegar, donde la pista corta el camino de toda la vida. Subo al pueblo y me voy a fotografiar alguna planta que se que me estará esperando. Hoy estreno un supermacrodelamuerte y estoy deseando probarlo. Bueno, pues estar están, pero no en su mejor momento, desde luego. Esta mierda de primavera que está haciendo está jodiéndolo todo (incluidos mis maltrechos huesos).
Cojo el camino de la fuente con su pared gigante y natural a la derecha. Aunque es obra de la madre naturaleza, a mí toda la vida me ha recordado esas paredes de las culturas precolombinas donde las piedras ajustaban con una precisión asombrosa. Desde aquí ya se oye el barranco de Abena allá abajo...joder, me voy a tener que descalzar para pasarlo. Pero mira por donde no...resulta que han acondicionado este camino (la verdad que hacía años que no pasaba) y han construido un puente chachi piruli que te permite pasar el barranco que hoy baja francamente furo. Antes de cruzar me entretengo con las limodorum y las dactylorhizas que salen aquí desde que me acuerdo. Cojo el camino hacia Ibort. Está limpio y señalizado. La senda, sin demasiado desnivel, avanza entre pinares de repoblación, zonas acarcavadas y pequeños retazos de bosque autóctono que hoy, después de la lluvia, brilla que da gusto verlo. Voy lento, demasiado lento, diría yo... a cada paso me encuentro platantheras, gymnadenias, alguna ophrys que me piden a gritos que las fotografíe con mi superobjetivomacrodelamuerte. Me tengo que echar largo en el suelo lleno de barro pero no me importa...es como ver, por primera vez, una mujer desnuda. Te fijas en todas sus curvas, en todos sus detalles... son simplemente hermosas...joder ¡y pensar que a estas horas alguno estará viendo el fútbol!. La cosa es que, cuando me doy cuenta, se está haciendo ya bastante tarde y me queda todavía mucho camino por recorrer.
Me propongo una cosa a mi mismo. No paro a no ser que lo que me salga al paso sea algo realmente extraordinario. Quizir, allí entra un encuentro con alienígenas, un bigfoot (al Yeti ya lo tengo muy visto), un billete de 500 leurakos, una bella ninfa de los bosques en pose sugerente y haciéndome gestos procaces, una mata florecida y preciosa de Matthiola fruticosa, una Gymnadenia con una piedra al lado que le da un fondo bien majo...joder...que se me va a hacer de noche, seguro.
Llego a Ibort y ni me detengo. Este es uno de esos pueblos que se abandonaron y que, posteriormente, fueron colonizados por neorrurales. Nada que objetar, al contrario. Sin embargo, si hay un denominador común en todos los pueblos abandonados y luego colonizados que he visitado son los coches abandonados o semiabandonados en cualquier sitio y los toldos, plásticos y bidones por todas partes. También es cierto que el olor a humo de leña, los huertos cultivados y las casas que se levantan en vez de caerse hacen que las sensaciones sean más positivas que negativas  De Ibort cojo la pista de acceso durante un buen rato hasta que un desvío a la derecha me lleva, entre campos de cultivo, a la vista de Abena. En este tramo he ganado tiempo, la pista discurre entre pinares de repoblación primero y campos después y no veo nada que merezca la pena fotografiar.
Al llegar debajo del pueblo hay que volver a cruzar el barranco. Esta vez si que no me libro. Me tengo que descalzar y cruzar con el agua por encima de las rodillas mientras que al Yeti se lo lleva el agua de la fuerza con la que baja.
Había estado solo una vez en este pueblo y hace muchos años así que me entretengo un rato fotografiando portaladas labradas y elementos protectores que abundan por puertas y ventanas. Me llama la atención la profusión de motilones y representaciones humanas en jambas y cabeceros. Representaciones de antepasados para unos, representaciones de cabezas humanas para otros... herencia pagana, sin duda.
Mientras fotografío una puerta me sale la dueña de la casa. Me habla como si me conociera de toda la vida. Después de hablar del tiempo y preguntarme siustednoesdeporaquíverdá? me cuenta que precisamente hoy, por la mañana, han inaugurado el sendero que, desde allí, me va a devolver a Rapún pasando por la pardina de Ayés. Pues mira que bien y que casualidad. Esta mañana las autoridades se han mojado mientras lo recorrían y ahora lo tengo, seco, para mi solo (bueno, y para el perro que se lo está pasando en grande persiguiendo gatos por los callejones). Me despido, doy otra vuelta por el pueblo y cojo la senda que me ha dicho la mujer. Al principio es una pista entre campos pero enseguida se convierte en un precioso sendero entre tapiales y bosques de cajico que salva pequeños desniveles mientras sortea barrancos que hoy bajan todos cargados de agua. Pasamos al lado de una ralla con una ventana natural bien curiosa. Si no fuera la hora que es, me acercaría a echar un vistazo y a hacer alguna foto que, con esta luz que se ha quedado, hasta un fotógrafo malo como yo haría algo decente. La cosa es que es muy tarde así que acelero el paso. Eso sí, me desvío a ver un horno de cal que hay señalizado y no me resisto a hacer fotos a los gladiolos, las anacamptis, las coronillas y las madreselvas. Con poca luz llegamos a la Pardina de Ayes. Lo que fue muchos años un lugar prácticamente abandonado, donde íbamos a buscar restos romanos que afloraban al sur de los edificios, ahora mismo es una finca  usada  para un proyecto del Grupo pastores que pretende difundir la cultura del pastoreo en Aragón. Para ello trabaja en la creación de un Parque de Interpretación del Ovino (o eso, al menos, pone en un cartel a la entrada).
Me acerco a la capilla donde se conservan, además de numerosos sillares de una primitiva iglesia románica, un crismón en el que nunca me había fijado hasta que lo vi en la magnífica página de Románico Aragonés. Efectivamente, allí está la prueba de que antes que esa capilla anodina, allí hubo un templo románico. Mucho antes en ese mismo solar ya debió haber una de esas villas romanas que salpicaban los mejores y más fértiles lugares de estas montañas. De críos recogíamos cerámica sigillata en el campo de abajo (si encontrábamos alguna con dibujo aquello era ya la bomba...), alguna moneda minúscula y algún cacho de bronce o hierro retorcido. En la casa había, empotradas en las paredes, dos tallas que, para mí, eran sendas cabezas de alguna escultura. Hoy las he buscado y, por supuesto, han desaparecido. Como siempre, me siento orgulloso de los gestores y técnicos que velan por nuestro patrimonio cultural (en un despacho sentados, eso sí).
De Ayés a Rapún ya no queda nada. Un paseo por pista llana mientras el sol se pone detrás de Oroel, el viento se calma, por fin, y la temperatura sube a lo que debería ser mediados de junio.
Pues mira, para ser un paseo tonto, aún ha salido un recorrido majo. Eso sí, esto es para hacerlo en primavera o en otoño. En verano, si viene un verano como debería, este paraje será lo mas parecido al Serengeti (pero sin leones) Aquí está el track.
Hala pues...

martes, 4 de junio de 2013

IV JORNADAS DE ORQUIDEOLOGÍA Y FLORA PIRENAICA

 
Queridos amiguitos y amiguitas, niños y niñas...este año vamos a intentar el más difícil todavía!!!!!
Con la primavera joputa que está haciendo ¡Vamos a intentar localizar orquídeas! También les haremos caso, reverencias y fotos a otras florecillas y/o animalillos que nos salgan al paso.
En esta ocasión, con el único afán de hacer las cosas mejor si cabe habrá que inscribirse y pagar 15 leuros que dan derecho a una comida y una camiseta conmemorativa.
Y además, disfrutaréis, completamente gratis, de la presencia y explicaciones de los guías más atractivos, más listos y más chachis de cuantos pueblan las montañas y barrancos pirenaicos.
Hala, aquí tenéis el enlace para apuntaros.